Vivimos en un mundo en el que valoramos más un móvil nuevo, un WhatsApp o mensaje de texto de una persona o, simplemente, cosas a través de una red social antes que simples detalles que recibimos de las propias personas sin necesidad de estar tras una pantalla. Juraría que prácticamente todos los que vais a leer este post sois usuarios de las redes sociales que más suenan hoy en día y miráis con total atención para corregir todo error que no os gusta en lo que publicáis en vuestros perfiles.
Ahora decidme, ¿son éstas gestionadas de la mejor manera? Pues claro que no, más bien todo lo contrario. Pero la culpa no es solo de los que manipulan los perfiles o hackers, también de los que formamos parte de ese gran círculo dentro de la red.
Debemos cuidar toda la información que decidimos compartir en nuestros muros para que no nos jueguen malas pasadas en el futuro, pero no por ello debemos tener el móvil constantemente en la mano como si fuese una parte más de nuestro cuerpo solo para estar atentos de quién nos da "like" a la última foto que has subido a instagram o cuántas veces han compartido el vídeo que has publicado en facebook.
No sé a vosotros pero no me gusta estar tomándome un café con otra persona que prefiere mirar a la pantalla antes que a mí porque está discutiendo con una persona por whatsapp o que está más ocupada subiendo miles y miles de fotos al instagramstory o snapchat, para que nadie se pierda ni un detalle de lo que estás haciendo en todo momento. Todos somos los culpables de que esta situación cada día sea más común y considerada "normal".
Está bien que nos podamos comunicar unos con otros, estemos donde estemos en cuestión de segundos gracias al internet pero... no es necesario cuando puedes hablar con alguien que está a metros de ti.